EL GRAN HOMBRE
Mantiene su modo de pensar independiente de la opinión pública
Es tranquilo, paciente; ni grita ni desespera.
Es del futuro, no del pasado.
Siempre tiene tiempo.
No desprecia a ningún ser humano.
Causa la impresión de los vastos silencios de la naturaleza:
el cielo, el océano, el desierto.
No siente vanidad. Como no busca alabanzas no se le puede ofender.
Siempre tiene más de lo que cree que merece.
Está siempre dispuesto a aprender, aún de los niños.
Trabaja por el placer del trabajo y no por la recompensa material.
Vive cierto aislamiento espiritual donde no llegan la alabanza ni la censura.
Sin embargo su aislamiento no es frío; ama, sufre, piensa, comprende.
Lo que usted tiene: dinero o posición social no significa nada para él,
le importa lo que usted es.
Cambia su opinión fácilmente en cuanto ve su error.
No respeta la consistencia venerada por los espíritus pequeños.
Respeta solo la verdad.
Tiene mente de hombre y corazón de niño.
Se conoce a si mismo tal cual es y conoce a Dios.
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