Buenos Aires, 31 de octubre de 2007.
Todo esto me parece que se puede comprender desde dos claves que me parece poder adivinar en la vida de Luciano:
Una es que Luciano seguramente era un hombre reconciliado con la vida, quizás a eso se debe el amor a la vida de la que dan cuenta tantos testimonios. Jung nos dice que: “Los hombres reconciliados, se encontraron a sí mismos, fueron capaces de reconciliarse consigo mismo y por ello se reconciliaron también con las circunstancias y los acontecimientos contradictorios” . Esto evidentemente da esa capacidad de relativizar lo contigente y valorar profundamente
Desde estas dos claves, para mi, me resulta bastante más sencillo comprender la cantidad de comentarios, palabras, testimonios, lágrimas de los adultos. Pero sobre todo a los chicos que muchas veces no saben expresar lo que sienten y solo les brotan lágrimas y una gran tristeza. Lágrimas y tristeza porque se sintieron especiales aunque sea por un instante, porque encontraron a un hombre creyente que supo ver en ellos algo más que lo aparente. Alguien que les supo infundir esperanza en si mismos, esperanza en el futuro, amor y agradecimiento a la vida en todas sus formas, y fe en todas las mediaciones de Dios. Todo esto desde el patio, su aula.
Hay un texto que no quiero dejar de citar hoy, un texto que nos representa un Horizonte a los docentes Lasallanos :
“Cada niño, cada adolescente, cada joven debe ser conocido personalmente para que la comunidad de adultos se pueda poner al servicio de sus necesidades profundas en el modo que a aquel le resulte más provechoso, con firmeza de padre y ternura de madre. Esto, sobre todo, en el caso de los alumnos con necesidades distintas de lo habitual.” “ Así los adultos de la comunidad, podrán ser hermanos mayores de los alumnos que las familias les confían.” (Horizonte Pedagógico Pastoral 51 y 53) .
Y creo que esto no merece más comentario que nuestra propia reflexión.
El lunes entre lágrimas una docente me decía: “El Colegio ha perdido un GRAN PROFESOR con mayúsculas”, y por cierto creo que es así. Pero también creo que
Hoy no termina esto, más bien, creo que empieza nuestra tarea de adultos de acompañar a los chicos y chicas a entender este legado y a apropiarnos de él, y a comprender que así Luciano seguirá vivo en nosotros.
Hoy y mañana tendremos que seguir ayudándolos a comprender que la muerte no es lo definitivo, que lo definitivo es la vida y que estamos invitados a vivirla en plenitud.
No es este tiempo de silencio, este tiempo sigue siendo un tiempo de verbalizar los sentimientos, las historias, las experiencias, las anécdotas, los dolores que esta partida nos produce.
Es tiempo de reflexionar sobre nuestra poca capacidad de expresar lo que sentimos, de comprender que no es necesario esperar para decir un “ te quiero”, “sos importante para mi”, “me siento bien con vos”, “valoro mucho tu vida”, “te perdono”, “disculpame”.
Nuestra comunidad educativa sigue viviendo mucho dolor. Con el cariño, la memoria y el tiempo, seguramente ese dolor se transformará en paz.
En nombre de la comunidad docente de primaria, a la Unión de Familias y a todas y cada una de las familias quiero decirles gracias. Gracias por el apoyo brindado en palabras de condolencias, gestos de cariño y fraternidad. Gracias por saber disimular y justificar los desajustes y desprolijidades del lunes pasado. Gracias por su presencia acompañándonos en tanto dolor.
Que el Señor Jesús reciba a Luciano entre sus amigos y a nosotros nos ayude a encarnar los valores del evangelio que se hicieron presentes en su vida.
Hno. Martín Digilio. fsc.
Director de Nivel Primario
Colegio De La Salle, Buenos Aires.